viernes, 15 de febrero de 2008

El premier Jorge del Castillo echó más leña al fuego del descontento social lanzando calificativos a diestra y siniestra.

Acosado por la protesta y el descontento regional y social, el gobierno aprista ofreció diálogo, pero al mismo tiempo ­apeló a la amenaza y hasta el chantaje, al advertir que usará la represión contra los cusqueños, además de ofrecer cárcel para los presidentes regionales que rechazan el tercio superior, y advertir que privará al Cusco de ser sede de una de las reuniones de APEC, si persiste en la protesta.Pese a ello, en esta región se sigue preparando una paralización y las fuerzas sociales se alinean en la confrontación, como la CGTP, que anunció su apoyo a los maestros y presidentes regionales, mientras el paro agrario va tomando cuerpo, convocado para el lunes próximo, y los gobiernos regionales de la Amazonía se ­aprestan a concertar medidas contra la “Ley de la selva”.En medio de esta efervescencia social, el premier Jorge del Castillo perdió ayer los papeles y, a contramano de su ofrecimiento de diálogo, usó toda clase de epítetos, desde “comunistas”, “sectores ultras” y “extremistas humalistas”, contra los dirigentes sociales y pobladores que protestan contra la ley que autoriza construir hoteles y restaurantes en los accesos a las ruinas arqueológicas.El jefe del gabinete también recurrió al chantaje al advertir a los cusqueños que, en caso se llegara a concretar la anunciada paralización, eso “implicaría la descalificación del Cusco como sede de APEC”. “He invitado al presidente regional a un nuevo diálogo el lunes o martes. Que escoja el día, pero sin paro de por medio”, exigió.El gobierno puso en marcha toda su maquinaria, en el desesperado empeño por tratar de contener las protestas sociales que se vienen, y hasta la ministra de Justicia, Rosario Fernández, se sumó al tono ­amenazante del premier, cuando advirtió que los organizadores de las protestas tendrán que atenerse a las consecuencias legales y que todas las personas que promuevan actos de violencia serán enjuiciadas.Pero Del Castillo fue más ­allá en su intento de amedrentar a la población. Dijo que si por acción de los “extremistas” el equipo uruguayo Nacional no retorna a su país por una ­eventual toma del aeropuerto –que no está prevista, al menos hasta el inicio de la huelga–, la FIFA tendría el pretexto perfecto para impedir que el Cienciano juegue de local en el estadio Garcilaso del Cusco. En tanto, la Confederación General de Trabajadores del Perú respaldó a los maestros del Sutep que rechazan la exigencia del tercio superior.

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