domingo, 10 de febrero de 2008

La farsa del anillo energético

Asombra el papel antiperuano que desempeñan gobernantes que trabajan para las transnacionales y técnicos que sólo ven el interés inmediato -su interés personal- y no las consecuencias a mediano y largo plazo para el país. Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y Jaime Quijandría encarnan, en el caso del gas de Camisea, esas dos caras de la defección nacional.Algún día lo pagarán, pero, entretanto, hay que obligar al Ejecutivo de Alan García a renegociar unos contratos que favorecen a Chile, y perjudican al Perú.El viernes último, el ingeniero Juan Incháustegui, ministro de Energía y Minas de Fernando Belaunde, fue entrevistado por Jimena de la Quintana en el Canal N de televisión. La conductora defendió la posición de que existen los contratos que favorecen a Chile, y que hay que cumplirlos. Incháustegui le respondió que los contratos no son sacrosantos, y que, si son contrarios al interés nacional, hay que renegociarlos. Lo hacen todos los países, precisó.Dijo además algo muy grave el ex ministro: en la época en que Michelle Bachelet, actual presidenta de Chile, era ministra de Defensa, declaró que había que proponer un anillo energético sudamericano a fin de que Chile obtuviera, de todas maneras, el gas que necesita para su economía. Comentó Incháustegui: “por la razón o por la fuerza”. Como proclama el escudo de Chile.He ahí la matriz de la propuesta genial de Alan García. Reynaldo Sarloza Rodríguez, en su notable tesis Camisea: influencia y repercusión en la gobernabilidad del Perú, presentada para optar el título de Máster en Gobernabilidad en la Universidad de San Martín de Porres, 2006, señala la astucia de la propuesta chilena. Precisa que Chile proponía un anillo energético de varios países sudamericanos: Brasil, Argentina, Chile y Perú. Lo divertido es que Chile es el único de esos países que no tiene gas. La idea, subraya Sorloza, es conectar Pisco (Perú) con Tocopilla (Chile) “para satisfacer principalmente la demanda chilena. El pretexto es la integración”. Recuérdese que la tesis es del 2006.El papel de PPK se veía venir. Recuerdo que allá por 2005, en el momento en que el país condenaba cualquier entrega del gas a Chile, PPK fue a Santiago a garantizar tal entrega. El problema sigue siendo que PPK es un ciudadano de Estados Unidos que ha jurado respetar la Constitución de ese país. En la colección de Códigos estadounidenses de la Escuela de Derecho de la Universidad de Cornell se puede leer que, al adquirir esa ciudadanía, la persona se compromete a “renunciar y abjurar absoluta y enteramente a toda lealtad o fidelidad a cualquier príncipe, potentado, estado, o soberanía de la cual el solicitante fue antes sujeto o ciudadano”.Ese norteamericano ciento por ciento es negociante prochileno ciento por ciento.

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